Una semana con el nuevo reloj de Samsung: mucho fitness para algo de descontrol
Con una visión transversal, Samsung ha querido unificar dos mundos estrechamente relacionados, el de las pulseras de fitness y los relojes inteligentes. Esa estrategia funciona de inicio en su nuevo dispositivo, el Galaxy Watch Active. Un «smartwatch» estéticamente bonito y que presenta una gran personalidad, aunque su fuerza no reside precisamente en su interior, la cual presenta ciertas dudas tras un uso prolongado.
Antes de entrar en detalles, hay que referirse a uno de sus aspectos más determinantes, el diseño; es precioso, la verdad. Una pantalla esférica, minimalista, pero atrevida. Pequeña (1.1 pulgadas) pero que, sin embargo, queda muy bien en muñecas pequeñas. Es cómodo y manejable. Una vez puesto en la mano «desaparece»: casi ni te enteras que lo llevas. Es increíblemente ligero, algo en lo que también contribuye su peso, de solo 25 gramos. Está ahí para cuando lo necesites. La calidad del panel (de tipo Amoled, como los móviles más avanzados) es incuestionable; con una resolución de 360 x 360 píxeles, el dispositivo ofrece mucha información útil.
A nivel técnico, funciona de manera equilibrada y fluida gracias al «cerebro» escogido, un chip Exynos 9110 de dos núcleos y capaz de moverse a una frecuencia de reloj de 1.15 GHz. Viene acompañado de una memoria RAM de 768 MB y permite hasta 4 GB de almacenamiento, tanto para albergar aplicaciones como contenido -canciones.
OPINIÓN
-Este reloj me parece un avance tecnológico super útil ya que nunca habíamos visto algo así, es estético cómodo y muy útil para llevarlo día a día yo me compraría uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario