miércoles, 27 de febrero de 2019
Libro de Diciembre
Me he leído el capítulo 3 titulado: Razón. Me ha parecido bastante interesante que puedan controlar unos robots por sí solos la sala de control sin consultar a los científicos Powell y Donovan, y también un tanto estresante cuando los robots no se creían que les habían fabricado ellos y que no les había creado el Señor. Ni demostrándole delante de la cara de Cutie que ellos crean robots se cree que sea verdad, es un tanto desesperante que los robots se crean más que los humanos y que no se lo puedan demostrar de ninguna manera porque siempre tiene razones y argumentos para pensar lo contrario. Y es increíble lo que puede hacer la tecnología por sí sola, Cutie hizo que todos los robots creyeran en la fe y fueran los seguidores de él, el profeta. Es increíble que se puedan rebelar ellos mismos sin ordenárselo, y como hacen que la palabra de los científicos no cuente para nada y que ahora decidan ellos lo que deben hacer en cada momento. Es bastante desesperante que aún sabiendo que lo que los científicos dicen es verdad que los robots no se lo crean y tengan compasión de ellos porque piensen que es lo que el Señor ha elegido para cada uno, y que menosprecien el subconsciente de los humanos creyéndose que su coeficiente intelectual es más alto que el de ellos. Y me hizo gracia al final del capítulo cuando llega el relevo de científicos que se van a quedar varias semanas con Cutie y pregunta Muller que qué tal iba ese robot y Powell le respondió que es bueno y que no va a tener que preocuparse de los controles, porque el robot hace sentir bastante confuso, nervioso y enfadado por la fe y la falta de confiar en la Tierra y todo lo que tenga que ver con ella, pero es verdad que de los controles no se van a tener que preocupar porque ellos aunque tengan ese comportamiento y se cieguen de la verdad, saben manejar por ellos mismos la sala de controles y que todo salga tal y como se deseaba. Este capítulo me ha enseñado que muchas veces no somos conscientes de la verdad o no queremos saberla, y nos imaginamos o pensamos lo que nos gustaría o lo que nos parece más factible. Y hay que reflexionar sobre estos temas y no solo centrarnos y defender nuestra idea sin escuchar lo que las demás personas piensan al respecto, porque alomejor puede que nosotros estemos equivocados.
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